Preparándote para la lactancia





Cambios

Desde el principio del embarazo vas a notar modificaciones en tus mamas. Entre la 5º y 8º semana sentirás que se ponen mas grandes, pesadas, sensibles, pigmentadas en la areola y el pezón, y que las venas superficiales se dilatan. Todo esto es causado por las hormonas placentarias.
La elaboración de leche materna depende de un sofisticado mecanismo fisiológico estimulado por influjos hormonales que actúan sobre las mamas durante el embarazo y después del parto.
Durante la gestación, los elevados niveles de hormonas femeninas provocan un aumento de volumen y peso de las mamas, que comienza a prepararse para la producción de leche; proliferan y se agrandan las estructuras glandulares que se encaran de producir el nutritivo líquido, a la par que los pezones y las areolas se pigmenten y cambian de forma.

Llegando el momento del parto, todo esta a punto, solo falta el principal estimulo: la succión del bebé.

Las glándulas de ¨Montgomery¨, que se observan como pequeñas protuberancias en la areola, van a verse más y producirán una secreción sebácea que tiene propiedades antibacterianas, lubricantes y con un olor semejante al líquido amniótico.
Alrededor del sexto mes de embarazo algunas mujeres segregan calostro, un líquido espeso y algo amarillento, que puede aprovecharse esparciéndolo en el pezón como lubricante natural.




Cuidados

Además de percibir los cambios, deberías prepararte para dar de mamar. De eso dependerá en parte que la lactancia sea con éxito.

Los cuidados que ayudan a fortalecer el pezón son muy sencillos. No dudes en consultar a tu obstetra o a una puericultora para que te examine los pechos; así sabrás si es necesario resolver algún problema antes de que nazca el bebé.



Las claves de la preparación son:

  • Agua y lubricación: Con la ducha diaria es suficiente para la higiene de la piel del pezón. Para mantener humectada la piel, la mamá puede ponerse crema de caléndula. Y debería evitar usar jabones, alcohol, cepillos, etc, en la areola y la piel del pezón ya que quitan la lubricación natural y pueden dañarla.
  • Aire y sol: Ayuda mucho exponer la piel de los pezones entre 10 y 15 minutos al sol en los horarios recomendados. Es preferible utilizar ropa interior de algodón, porque permite mayor intercambio de aire, así como corpiños para dar de mamar con la tapa baja y ropa suelta, para que la piel no sufra roces.
  • En caso de pezón umbilicado (metido dentro de la areola) se recomienda el estiramiento del mismo para estimular el tejido muscular subyacente y mantener el pezón formado.

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