Mitos en torno a la lactancia!

Los mitos forman parte del folklore de cada lugar. Pero hay algunos que trascienden las fronteras y dan la vuelta al mundo. ¿Por qué nos ocupamos de ellos? Porque en su gran mayoría se trata de conceptos erróneos. Y en el caso específico de la lactancia, ciertas creencias populares pueden hacer que fracase desde el comienzo.


Aquí van algunas de las fabulaciones más célebres



MITO: Hay mujeres que producen leche buena Otras aguachenta, de baja calidad, y por eso el bebé no aumenta de peso.

FALSO: Hay estudios que demuestran que todas las madres, aun las desnutridas, pueden producir suficiente cantidad y calidad de leche para satisfacer los requerimientos de su bebe.



MITO: Los bebés usan la teta de chupete
FALSO: Los bebés no "usan" a la mamá. Muchas veces, el hecho de pedir el pecho no significa que tengan hambre sino necesidad de contacto y atención, para calmar temores, ansiedad e inseguridades.

MITO: Además de leche, el bebé necesita tomar agua.
FALSO: La leche materna tiene la cantidad justa de agua que el lactante necesita durante los primeros meses de vida.

MITO: El bebé debe tomar siempre de los dos pechos
FALSO: Lo ideal es que le ofrezcas ambos pechos, de modo que se vacíen en cada mamada. Pero si tu chiquito se satisfizo con la primera teta, no es obligatorio que tome de la otra. En ese caso, en la próxima mamada debes comenzar por el pecho que quedó más cargado.


MITO: Prolongar la lactancia mas allá de loa seis meses carece de valor, dado q la calidad de la leche se debilita.
FALSO: La leche materna crece con tu bebé; es siempre perfecta para él. Es cierto que su composición sufre transformaciones a medida que pasa el tiempo. Pero esos cambios son, precisamente, para adaptarse a las necesidades alimenticias del pequeño en cada etapa. En síntesis: se trata de un fluido vivo y cambiante, que tiene el correcto balance de ingredientes que tu hijo precisa.



MITO: Si el bebe llora de hambre y pide Comer antes de las tres horas desde la ultima mamada, hay que darle complemento.
FALSO: Si tu bebé llora porque tiene hambre, puede deberse, entre otros motivos, a que no lo dejas suficiente tiempo en cada pecho, o a que no succiona en forma activa.
Por otro lado, vale la pena destacar que la leche materna se digiere muy rápido: a los 35 minutos de finalizada la mamada. Por eso, en ocasiones tu chiquito puede querer tomar de nuevo.


MITO: Hay que ayudar al bebé a establecer un horario estricto para mamar.
FALSO: Los bebés deben ser amamantados a libre demanda, es decir, cuando manifiesten apetito, y no cuando el reloj marque las tres, las seis o las nueve.

MITO: Abrazar y amamantar al bebé a libre demanda sinónimo de malcriarlo.
FALSO: Un pequeño que recibe lo que necesita no se malcría. Los chiquitos alimentados a pecho reciben el más completo de los alimentos. Y no solo eso: también apego y protección. Eso los ayuda a crecer normalmente, y a desarrollarse de manera más segura e independiente.

MITO: La leche materna no contiene suficiente hierro para el bebé
FALSO: El bebé alimentado exclusivamente a pecho no corre riesgo de padecer anemia ferropénica. La biodisponibilidad de hierro de la leche materna es del 50 por ciento, Mucho mayor que el 7 por ciento de la leche de fórmula.



MITO: Las madres que trabajan deben abandonar la Lactancia
FALSO: Retomar la actividad laboral no significa poner fin a la lactancia. Podés amamantar a tu hijo a la mañana, cuando volvés a casa por la tarde, y también a la noche. De esta manera, te asegurás la continuidad de la producción láctea. Además, podés extraerte la leche para que tu bebé tome mientras estás trabajando.



MITO: Para producir leche la mamá tiene que tomar mucha leche
FALSO: Una mujer que da la teta necesita alimentarse en forma completa y equilibrada, así como tomar una generosa cantidad de líquido (preferentemente agua), para asegurarse una adecuada producción láctea. Es más: no conviene exagerar el consumo de leche de vaca, porque sus componentes pasan a través de la leche materna y pueden ocasionar trastornos digestivos al bebé.



MITO: Si La mamá no tiene la sensación de "pechos llenos", debe espaciar más las mamadas.
FALSO: La mamá que amamanta siempre está produciendo leche. Sus pechos son verdaderos depósitos de reserva, y algunos tienen más capacidad que otros. En cuanto se vacían, el cuerpo rápidamente se pone en funcionamiento para reabastecerlos. Si esperas a tener la sensación de que están llenos. tu organismo puede interpretar que está "fabricando' demasiado y empezar a disminuir la producción.


MITO: Una madre que no fue amamantada no puede amamantar a su hijo
FALSO: Las malas experiencias no se heredan. Las mujeres que no tomaron el pecho cuando eran bebas producen la misma cantidad y calidad de leche que las que fueron amamantadas.


MITO: Las mamás con pechos pequeños tiene menos cantidad de leche
FALSO: Toda madre puede alimentar a su bebé, independientemente del tamaño de sus mamas. Pechos pequeños no son sinónimo de escasa producción, así como los voluminosos no garantizan una mayor "fabricación".


MITO: Las mamás con pezones umbilicados no pueden amamantar a sus hijos.
FALSO: Los pezones umbilicados se pueden corregir perfectamente. Y es recomendable hacerla antes y durante el embarazo.

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